CAJA CASTIZA
“En mi arquitectura se cumple una máxima: lo funcional puede y debe ser bello”
Historia de la creación
La rehabilitación y el interiorismo de unos céntricos apartamentos madrileños sirvieron para redescubrir y actualizar la esencia de la historia de Madrid; lo más puro y castizo de la capital española. “Caja Castiza” fue, desde su percepción, un habitáculo que recogiera y concentrara todas las acciones necesarias para habitar una vivienda con una estética que evoca los tiempos de zarzuelas y verbenas, chulapos y chotis.
En Lavapiés, barrio castizo por excelencia que puede ser denominado la Cuna de la Manolería, aún podemos encontrar el origen de la vivienda popular madrileña, caracterizadas en su interior por sus suelos, cocinas, alacenas, alcobas, ventanas interiores y otras características que hacían de la vivienda un entorno confortable y equilibrado.
Búsqueda de inspiración
La esencia madrileña se recoge en los apartamentos turísticos que conforman esta comunidad de la calle Olivar, situada en el céntrico barrio de La Latina. Para concentrar todos los usos que conforman la vida diaria, se apostó por la compresión de los espacios conformando una especie de caja rectangular. Así, el apartamento quedaría prácticamente sin muros permitiendo la entrada de luz desde los dos únicos balcones a todo el habitáculo. La caja castiza tampoco llegaría a techo, lo cual deja iluminando todo el perímetro de la misma. La remodelación de todos los apartamentos de la comunidad supuso una mejora en la amplitud y sensación visual desde el interior de los inmuebles, haciendo que el espacio pasara a ser bastante más amplio y jugando con la versatilidad de la superficie.
Comprimir para optimizar
Los resultados de la puesta en marcha de la estudiada compresión resultaron una actualización de la estética castiza en el enclave más adecuado. La caja entonces recoge en un sólo módulo lo que se puede denominar el dormitorio, el mueble salón, la cocina y aparadores para la el almacenamiento de enseres: campanas de cocinas con altillos para abastecimiento y suministros, las alacenas que en su interior guardaban el menaje y vajillas, o el dosel usado para cubrirse en la cama mientras se duerme. Así se presenta en una pequeña superficie la solución al uso práctico del espacio y los limitados metros cuadrados que supone este acondicionamiento. Nuevas versiones de una optimización de recursos y espacios para el uso y disposición del apartamento. Unas formas, estampados y colores propios de lo castizo.
El detalle
Las ventanas interiores, propias de la arquitectura castiza madrileña, son los elementos más reseñables que podemos destacar en la construcción de estos inmuebles, comunicando espacios de interior – exterior. Con ese juego de ventanas se permite que la iluminación natural sea la que se encargue de engrandecer los espacios de forma orgánica, introduciendo transversalidad visual en la vivienda y proporcionando una mayor fluidez espacio visual.
El proyecto propuso colocar una ventana interior para permitir la entra de luz al vestidor. En el proceso de obra, al picar paredes apareció una ventana de dimensiones similares enfrentada y en la misma posición a la prevista por el proyecto. Este hallazgo, casual, fruto de la intuición llevó a conservar dicha ventana conservarla y que actualmente se encuentre alineada a la proyectada por el arquitecto.
Caja Castiza es quizás uno de los mejores ejemplos en la trayectoria de Raúl Almenara en lo que al respeto y conservación del patrimonio se refiere: a través de diversos elementos que fueron apareciendo en el proceso de obra se fueron modificando y adaptando para la conservación y mejora de los mismos.
Así sucedió con el hallazgo de la estructura de madera interior, descubierta tras ser tapiada. En todos los apartamentos completaron, recuperándose íntegra o parcialmente estas estructuras, lo cual exigía la terminación de las mismas bien calzando, terminando o imitándolas. Este descubrimiento en fase de obra obligó a reestructurar los planes de desarrollo, completando la recuperación de un momento en el tiempo como fueron los años dorados del Madrid más castizo.
De igual manera sucedería con los techos de los aseos y también durante el proceso de obra, fue descubierto papel pintado descubriendo la escayola, reapareció el inicial papel pintado que finalmente se mantuvo enmarcándolo en pan de oro, clara seña de valor y conservación bajo el compromiso de la conservación de patrimonio.
“Caja Castiza supuso la interpretación contemporánea de la vivienda histórica madrileña, extremando la sensibilidad de conservación hacia el patrimonio, y en este caso, mantener la estética visual sobre el Madrid más castizo en toda su esencia”.
CRÉDITOS
Fotografía: Carlos Bonietti | Montse Garriga
Texto: Manuel Madrigal
Materiales:
· Cerámico e Hidrúlico: Mosaique del su
· Piel sintética: Tarket España
· Materiales: docontract MAD
· Suelo: Parador